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jueves, 18 de mayo de 2017

Booktrailer "Mierda en mis zapatillas"

¡Buenos días! 

¿Cómo lleváis el jueves? Venga, ánimo que ya huele a finde...

Yo ando dándole vueltas al borrador de una novela que escribí hace años. Tengo ganas de retomarla, de darle una vuelta, de completarla. Quizás pueda mandarla a volvar dentro de poco, quién sabe. 

Mientras tanto, os dejo el booktrailer que terminé ayer de "Mierda en mis zapatillas". Voy fatal de tiempo (y más que voy a ir porque voy a ponerme a estudiar de nuevo), pero quería hacer esta tontería porque... pues eso, me hacía ilusión, oye.

Aprovecho para dar las gracias a todas las lectoras por darle una oportunidad y por dármela a mí, en realidad. Gracias por vuestros comentarios, vuestras puntuaciones en Goodreads y Amazon, por vuestras reseñas... Me alegra ver que la  historia de Hanna no os está decepcionando. 

¡Feliz día!

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martes, 2 de mayo de 2017

Sant Jordi 2017

¡Hola, soñadores/as!


Hace ya más de una semana desde el Día del Libro y quería contar un poquito cómo lo viví yo. 
Es un día especial por muchas cosas, pero en mi caso, este año volvió a ser inolvidable porque repetí experiencia en Sant Jordi. Y esta vez, además, con "Mierda en mis zapatillas" recién publicado.


Barcelona es una ciudad maravillosa todos los días del año, pero el 23 de abril en concreto se viste de rojo y papel. Rosas, libros. Libros, rosas. Hay algo de mágico en cada esquina, y pensar que toda esa belleza, cultura e ilusión se debe a los libros... En fin, ¿qué puedo decir? Me fascina.

Tengo que confesar que, aunque estos saraos son increíbles, siempre me ponen nerviosa. Eso de "exponerte" al público y salir al mundo, me genera un gusanillo en el estómago que difícilmente puedo eliminar. Lo bueno es que, una vez llegas al puesto de Escarlata Ediciones y te encuentras con compañeras y amigas, los nervios dejan paso a los abrazos y las sonrisas. 

Por cierto, que el rinconcito que teníamos no podía ser más bonito. Es verdad que este año no estábamos en la zona más animada de Sant Jordi, pero el puesto quedó preciosísimo con los libros, las pizarritas, los caballetes, las piruletas, los marcapáginas... Puro amor.

Como siempre, el equipo de Escarlata se portó de diez con nosotras. Gracias por ser siempre tan atentas, amables y cómplices. Tuve el placer de encontrarme con compañeras como Scarlett de Pablo y Marta Pena (estas dos juntas son el Dream Team, lo juro); Mimi Alonso (que además de ser un amor, nos regaló una pequeña rosa blanca hecha con goma eva que era una monada <3); Ester Pablos y Violeta Otín (con las que tuve charlas interesantes sobre histórica y seres diversos). Son la leche, sin más. Me encanta hablar con ellas de sus libros, de los proyectos que tenemos, de lo preciosas que son sus portadas, de la ilusión por estar ahí todas juntas, al solecito, compartiendo sueños y muchas risas. 
 
Y, por supuesto, eché de menos a todas aquellas que este año no pudieron estar... Tengo la ilusión y la esperanza de que algún día el Team Escarlata pueda reunirse por completo. 

Gracias a todos los que me mandasteis apoyo desde la distancia y, claro está, a los que os tomasteis la molestia de venir a vernos. Familiares, amigos, lectores en general. En especial, gracias a Silvia y a Eva. Me hizo mucha ilusión conoceros en persona y poder hablar con vosotras.

Y por último, pero no menos importante, gracias a mi suegra por cuidarme tanto y a mi chico por acompañarme en todas mis aventuras literarias y por esa rosa preciosa que me regaló a primera hora de la mañana. Espero poder repetir el año que viene. 


¡Feliz día!
 
P.D.: A la camarera a la que le tiré el té caliente... Si por casualidad un día lees esto, mis disculpas de nuevo. Gracias por tu paciencia. Es posible que algún día esa cagada salga en alguna de mis historias.

miércoles, 5 de abril de 2017

Mierda en mis zapatillas

¡Hola, hola!


¿Cómo estáis? ¿Todo bien? ¿Qué tal la salud? Mi tos y yo estamos más unidas que nunca, pero por lo demás... sin demasiadas novedades.

Bueno, sí, hay una bastante importante, aunque ya hace varios días que debería haber puesto algo aquí al respecto. Como ya sabéis (o no, no lo sé), el año pasado publiqué con Escarlata Ediciones la novela "Mierda en mis tacones" (para más info aquí).

Y, aunque la escribí como autoconclusiva y no tenía intención de continuar con la historia, aquí estoy otra vez para presentaros "Mierda en mis zapatillas", la segunda parte (aunque se puedan leer por separado). Os dejo información al respecto a partir de aquí:


SINOPSIS

La oveja negra ha vuelto a casa, y sus zapatillas aún tienen mucha mierda que pisar. 
Cuatro años atrás, Hanna se fugó con un hombre mayor. Ahora regresa con el orgullo herido y la intención de retomar las riendas de su vida. No será fácil. El rechazo de su hermano, la actituid prejuiciosa de los lugareños, y sus propias inseguridades, le harán la vida imposible, incluso cuando un nuevo amor llame a su puerta.
Dependerá de ella ganarse el perdón que añora y lograr reconectar con su pasado. Por suerte, cuenta con la ayuda de Raquel, la novia de Burke, y la mejor terapeuta del pueblo: la vaca Matilda.



Os hablo un poquito más de ella en este vídeo, que se publicó en el blog Las lecturas de Fransy.



De nuevo, mil gracias al equipo Escarlata por confiar en mí y en estos personajes tan peculiares. Y, por supuesto, gracias a todos los que me habéis apoyado y animado a seguir con esta historia. 

Como curiosidad, os enseño esta ilustración que hice de Hanna, la protagonista. Escarlata Ediciones la incluye en la versión en papel. Y si compráis el ebook en su web, también aparece en el formato pdf.
 
Por cierto, han empezado a salir algunas reseñas ya y son increíbles... Son puro amor, de verdad. Me estáis haciendo plantearme incluso escribir una tercera parte... ¡Madre mía!


Y, aun a riesgo de ponerme ya demasiado pesada, no quiero despedirme sin agradecer también a los blogs que aceptaron participar en el Book Tour de esta nueva historia. Siempre se han portado increíble conmigo y, además, hicieron unas entradas chulísimas para esa "Semana de mierda" en la que tanto me divertí. 



¿Qué os parecen la portada y la sinospis? ¿Os apetecería leerla? ¿Habéis leído la primera parte? Contadme vuestras impresiones, si os apetece. 

¡Feliz miércoles!

martes, 14 de febrero de 2017

Relato "Tú, yo y dos cartones"

¡Hola, hola!

Hace mucho que no me paso por aquí, así que, antes de nada, quiero pediros perdón. (¿Cuántas veces he empezado así una entrada del blog? Creo que he perdido la cuenta). Sí, he estado muy liada terminando el borrador de una novela, con el trabajo, con... la vida en general, pero aun así... me habría gustado no dejar tan abandonado el blog. Siento también no haber visitado prácticamente los vuestros, de verdad.

No voy a prometer que estaré más presente por aquí, aunque me gustaría intentarlo. Supongo que es cuestión de organizarse (ja... suerte con eso, Lorena).

Desde la última vez que estuve por aquí, hemos cambiado de año, y, aunque sí lo he felicitado por las redes sociales, aprovecho para desearos por aquí también un 2017 lleno de felicidad, salud, amor y muchísimas risas.

Bueno, y dicho esto... os cuento qué hago aquí hoy. Es San Valentín (ah, sí? No me digas? No nos habíamos enterado. Gracias, Lorena) y, aunque creo que el amor es algo que se demuestra día a día, me apetecía compartir aquí un relato breve que escribí hace tiempo y que, justo un día como hoy de hace tres años, quedaba cuarto en el sorteo que organizó Estefanía del blog Ecos de la distancia por San Valentín.

Sin más, aquí os lo dejo. ¡Feliz martes!





TÚ, YO Y DOS CARTONES.

La habitación está en silencio. Observa los posters del Gran Cañón que le trajo hace semanas y que ahora decoran toda la pared de la ventana, y sonríe. No es como estar allí de verdad, pero al menos disimulan el aura fría típica de los hospitales. Cuando se pone nervioso, ella le recuerda que los mire y piense solo en el día en el que por fin estén allí, juntos.
Está durmiendo, y eso es tan raro en él que prefiere pasar de puntillas y sentarse a su lado sin hacer ruido. Su pecho sube y baja de forma pausada, sus párpados envuelven esos ojos castaños que ella adora. Le acaricia el pelo oscuro con dulzura y recuerda que necesita cortárselo. Cree percibir una ligera sonrisa en sus labios; debe de estar soñando algo bueno.
Le encanta verlo así, tan relajado. Odia cuando su rostro se contrae de dolor cada día sin que ella pueda hacer nada.
Lo ha echado de menos. Se acomoda en el sillón y le coge la mano. Está fría, como siempre.
—Ha pasado una mala noche —dice la enfermera al asomarse por la puerta.
Alba frunce el ceño y suspira.
—No debí haberme ido —responde, torturada por la culpa. María sonríe.
—Llevas tres meses durmiendo aquí, Alba. Necesitabas una noche para recargar pilas. Además, ya conoces a Álvaro; casi nos obligó a echarte.
La chica sonríe con tristeza y asiente, aunque sigue arrepentida. Vuelve la cabeza hacia él y descubre que está despertando.
—¡Eh! Hola, dormilón. —Se levanta y le da un beso en los labios.
—Mira quién habla. —Se frota los ojos y bosteza—. ¿Has descansado?
—Como un bebé —miente ella. No piensa confesar que se ha pasado la noche entera llorando.
—Estás más guapa que nunca —le dice él antes de cerrar los ojos y sonreír mientras aspira—. Y además hueles a lavanda. ¿Lo has hecho por mí?
—Pues claro —Le guiña un ojo—. Hoy es San Valentín, ¿recuerdas?
La sonrisa de Álvaro va desapareciendo mientras baja la vista.
—Ojalá pudiera llevarte a cenar —se lamenta. Alba se sube a la cama y se tumba junto a él. Hunde la nariz en el hueco de su cuello.
—Estar contigo es todo lo que quería para este día, así que gracias.
Se quedan un rato así, en silencio, observando las imágenes de la pared.
—Cuando vivamos juntos, todo será diferente —dice él. Ella se ríe por lo bajo y chasquea la lengua.
—¿Otra vez con eso? No tenemos dinero. Además, ya vivimos juntos. ¿O acaso no duermo contigo cada noche? —añade con picardía.
—Hablo en serio —repone Álvaro y la mira fijamente, casi como si la desafiara—. Voy a vivir contigo.
Sus ojos brillan con determinación y pasión, pero Alba sabe que ese deseo jamás llegará a cumplirse. Traga saliva; tiene un nudo en la garganta.
—¿Y se puede saber dónde? —pregunta, porque prefiere seguir con la ilusión—. ¿Bajo un puente y entre cartones?
—Pero serán nuestros cartones —insiste él. Los dos se echan a reír.
Alba no quiere pensar en eso. No quiere pensar en que esa habitación será la última que compartan, porque entonces volverá a derrumbarse.
—¿Sabes? Tienes razón. Las paredes están sobrevaloradas —añade y hace un mohín con la mano.
—Entonces… ¿tú, yo y dos cartones? —le pregunta Álvaro entusiasmado.
Alba se acerca tanto que las puntas de sus narices se tocan.
—Tú, yo y dos cartones —susurra.
Álvaro sonríe agradecido y de repente da un respingo.
—¡Tengo algo para ti!  —exclama.
—¿Para mí? —pregunta ella, extrañada, mientras se aparta un poco.
—No creerías que me olvidaría de tu regalo, ¿no?
—¿Regalo…? —Se pasa un mechón de cabello por detrás de la oreja. No sabe muy bien por qué, pero se ha puesto nerviosa.
—Cierra los ojos —le pide él mientras dirige la mano hacia el cajón. Alba obedece sin rechistar y comienza a tocarse los dedos—. ¿Preparada? ¡Ábrelos!
Delante de ella hay un ramo de rosas de papel hechas a mano. —Álvaro… es precioso. —Lo coge despacio para no deshacerlo mientras intenta controlar sus emociones. La barbilla está a punto de temblarle.
—Sé que no son rosas de verdad, pero… —Te quiero —le interrumpe ella antes de robarle un beso.
Él le responde con ganas y le vuelve a hacer sitio en la cama para rodearla con su brazo.
—Pero yo te quiero más.


martes, 15 de noviembre de 2016

Adicta al Kindle

Vale, lo reconozco, tengo un problema. Houston, ¿estás ahí? Pues ponte cómodo, porque esto va para rato.

Hace tiempo, yo era de las que decía "Qué va, lo tengo controlado. Venga, solo uno más. Puedo parar cuando quiera". Ah... pobre ingenua.
Bueno, si alguien está libre de pecado, que tire la primera piedra. Todos tenemos algún vicio, ¿no? El mío es comprar ebooks a diestro y siniestro. Bueno, y las patatas fritas. Y los donuts. Y la pizza, claro. Qué hambre tengo. Si ahora mismo entrara a Mc Donald's, lo dejaba temblando. ¿Sabéis las ganas que tengo de probar esa mierda de hamburguesa nueva que hace no sé qué abuelita entrañable? Con su salsa y su... Espera, ¿de qué estábamos hablando?  


Ah, sí. El Kindle. Los libros digitales. Esos que valen menos que un café (bueno, no todos, porque algunos son para mear y no echar gota. ¿Un ebook por 10 euros? Si crees que bromeo, te equivocas. Ojalá. Pero el mundo está loco, eso es un  hecho). 

A ver, empecemos por el principio, que ya sabéis que me disperso.

A mí me gusta leer. Mucho, de hecho. A estas alturas, no es ningún secreto. Siempre he sido ferviente defensora del libro en papel (y lo seguiré siendo). Para mí, la sensación de abrir un libro, tocarlo, olerlo, disfrutar de la rugosidad de sus páginas, de los relieves (si los tiene) de su portada, de la preciosa y cuidada edición (que no siempre tenemos... Fail. Caca)... En fin *suspiro*, que eso es demasié p'al body. Y hay ciertas novelas que NECESITO en papel, mi estantería tiene sitios reservados para ellas.
Pero he sucumbido, lo reconozco. El diablo (Sí, Amazon, te estoy mirando a ti) me ha tentado y ahora también adoro los libros electrónicos. De hecho, voy por el segundo Kindle, con eso lo digo todo. Por si tenéis curiosidad... No es que los coleccione (un caprichito un poco carete para coleccionar, no?), es que se me cayó una Fanta de naranja (¿qué coño importa el sabor, Lorena? Shut up ya) y... ya os podéis imaginar. Por aquel entonces, era tanta la dependencia del dichoso dispositivo, que lo tuve semanas en un tupper con arroz, deseando su resurrección, rogando a los dioses antiguos y nuevos por un simple latido. Pero había muerto, y mis esperanzas con él.

Así que me regalaron otro para Navidad y yo tan feliz me olvidé de ese Kindle anciano cubierto de polvo de arroz, como Mulan. Fin del drama. 

Y es que, no vengo hoy a intentar convenceros de las ventajas del libro electrónico; a estas alturas, las conoceréis todas, pero no podemos negar que práctico es un rato. No pesa apenas, ocupa poco espacio en el bolso, tiene funciones fantásticas (de las cuales uso... no sé, ¿un 10%? Si me complica la vida un aparato, paso de él, así que voy con cuidado en estos temas) y, ahora que tengo un modelo nuevo, también tiene luz (que va muy bien si te secuestran y te meten en un zulo, por ejemplo). Joder, no me digáis que no mola, va. Que sí, que no huele a libro, que huele a... plástico, que no huele a nada, vaya. Pero... ¿y eso de poder sujetarlo con una única mano? Ahora que va haciendo frío, meter la otra bajo el edredón puede marcar la diferencia, no me vais a negar eso en la cara.

También la queréis y lo sabéis
De todas formas, repito que no prefiero ni uno ni otro. Que me van a seguir encantando los libros en papel, que son preciosos por dentro, por fuera y por todas partes, pero que... Larga vida también a los libros electrónicos, qué queréis que os diga. Yo así leo en cualquier parte más cómoda, más rápido y, además, puedo pasar cualquier documento a pdf y leerlos también. Me va genial para repasar mis borradores o cualquier otra cosa. Y, ¿por qué no admitirlo? Acumular libros en papel me supone otro problema. Ojalá tuviera la biblioteca de La Bella y la Bestia, pero va a ser que no es el caso.

Pero bueno, en realidad no vengo a enfrentar aquí a los dos formatos, sino a quejarme "en voz alta" de mi obsesión por comprar libros electrónicos. El "clic" está tan a mano, que... Ay...

"Vamos, solo uno más.
Si estoy súper tranqui, yo controlo"
Pero, como todos los avances tecnológicos, los libros digitales tienen sus peligros. Y no me refiero a que se pueda volver contra mí. No me veo al Kindle intentando asesinarme para suplantarme y ponerse mis zapatillas de estar por casa; el problema es que hay ebooks muy baratos. Sí, habéis leído bien, es un puto PROBLEMA. ¿Tenéis idea de los libros que tengo pendientes? En papel unos cuantos, algunos (la mayoría) ni siquiera los tengo aún comprados, pero en digital es otro tema. Que si ofertas a 0,99€, al 50%, que si Amazon Flash (maldito Amazon, me estás hundiendo la vida)... En serio, he contado más de 25 ebooks dentro del Kindle que todavía no he leído. Entenderéis ahora mi desasosiego, mi frustración y mi estrés. Reconozco que alguno ni siquiera me llama leerlo, lo he comprado porque me pareció buena idea y una oportunidad de cojones comprar un libro de Egipto por 0,99€. Que sí, que el tema me interesa, pero... ¡Anda que no hay libros que quiero leer antes! Y cada vez van saliendo más y más y... Me ahogo, en serio. Estoy empezando a pensar que me compraría hasta el boletín del BOE por ese precio.

Soy una marioneta. Me he convertido en un pelele, un esbirro del sistema. No me miréis, no merezco vuestra compasión. Sé lo que estáis pensando ahora... Pobre loca, está enferma y es muy estafable. Bueno, quizás tengáis razón, aunque debo decir que la gran mayoría de libros que compro es porque me interesan y quiero leerlos algún día (o alguna década, ahí ya no puedo comprometerme).

¡Toma todo mi dinero ya!
Vale, antes de acabar, tengo que haceros una confesión. El último ebook que me he comprado (creo que fue hace dos días. Eh, dos días sin comprar, ¿eso no es un logro? Exijo mi pin) me ha costado casi 9 pavos. Sí, lo sé, lo sé... No hace falta que digáis nada. Mucho quejarme y luego voy y suelto la pasta, pero es que necesitaba ese libro y esta vez de verdad. "La última estrella" de Rick Yancey, es la tercera y última parte de su saga y tengo que saber cómo acaba, entendedme. En cuanto lo vi, me puse los bolsillos del pantalón del revés y apreté el botón mientras miraba a Amazon a los ojos y le decía "Shut up and take my money"

No quiero despedirme sin antes aclarar a las editoriales que no hablaba en serio, que sigan poniendo ebooks a precio putas porque así sus ventas aumentarán y, a su vez, velarán por la felicidad y la progresión social y cultural de este planeta (ahí lo llevas). Ya me ocuparé yo de mi adicción, pero, por favor, rebajad los precios, que con lo que valen algunos ebook me compro cuatro de autopublicados (gracias a los autopublicados, por cierto). Bueno, y gracias también a las editoriales que piensan en el bolsillo de la gente y nos permiten disfrutar de sus obras por precios asequibles. Entre 0 (sí, he dicho 0) y 4 o 5 euros... es algo razonable, ¿no os parece? No es por hacer publicidad, pero Escarlata Ediciones lo cumple perfectamente. Larga vida a Escarlata Ediciones, de paso. ¿Que no viene al caso? Bueno, me da igual, es mi blog y supongo que digo lo que quiero (uy, que se ha puesto chulita). 

En fin, que espero que los libros en papel no desaparezcan jamás y que los electrónicos aprendan a convivir con ellos. Hay mercado y lectores para ambos. Yo misma tengo amor para los dos. Simplemente, a quienes corresponda: REBAJAD LOS PRECIOS DE TODOS. Y a vosotros, los que estáis leyendo esto (Vocecita de mi cabeza: "¿Vosotros? ¿En plural? A veces, me fascina tu optimismo, Lorena"). Pues eso, a quienes hayáis aguantado hasta el final... A parte de daros las gracias y felicitaros por vuestra paciencia, ¿qué tal si me contáis un poco vuestras opiniones sobre este tema? ¿Que qué tema exactamente, decís? El que queráis, porque también estoy dispuesta a entablar una conversación sobre la jugosidad de una hamburguesa de Mc Donald's o lo increíble que es la salsa Deluxe.

Gracias por vuestra atención. 

Saludos.



P.D: Dedico esta entrada a Enara, que ayer se convirtió en la seguidora número 200 del blog y me animó para que escribiera algo, lo que fuera. Enara, lo siento, esta mierda es lo que me ha salido :( 

miércoles, 19 de octubre de 2016

¿Tiempo? ¿Qué coño es eso?

¡Hola, mundo blogger!


Cuánto tiempo, ¿no? Que estaba yo aquí, desempolvando esto, quitándole las telarañas al blog y tal... ¡Mierda, una araña! Disculpadme un momentillo...

(Un momentillo después)

...Pues eso, que he decidido pasar por aquí a dar señales de vida. Aunque, en realidad, es obvio que no estoy muerta porque intento pasarme bastante por las redes sociales. Pero... ¿qué me pasa con el blog? Al final, es de lo que más disfruto, pero lo que más tiempo requiere (you know), así que... por unas cosas o por otras, me veo viéndolo de lejos, ahí solito. A veces, lo saludo brevemente, así en plan... ¡Ey, sigues ahí! Él me odia en silencio, yo lo sé, pero no dice nada. Es buena gente.

Es posible que esta entrada sea lo más absurdo que haya escrito nunca. Ni siquiera sé por qué la estoy escribiendo... Tal vez porque necesito expresar en voz alta mi culpabilidad y mi incertidumbre. Por favor, ¿alguien me explica cómo se organiza el tiempo correctamente? Porque a mí las cuentas no me salen. También tiene que ver que ya estoy en plan anciana y por la noche no valgo un duro. ¿Sabéis esas personas que escriben en la tranquilidad de la noche? Yo no puedo, me duermo, la pereza es demasiado grande. Escritoras nocturnas, os admiro y envidio a partes iguales. 

Bueno, y ya que estoy, os cuento un poquito en qué ando metida. Ahora mismo estoy con el borrador de otra novela romántica, pero he parado un poco para recapitular, leer lo que llevo y centrarme otra vez. Espero acabarla en el plazo de un mes, máximo, porque cuando la acabe lo haga voy a desempolvar dos borradores con la intención de arreglarlos y mandarlos a algún concurso. Ya os iré contando más. ¿En qué andáis vos? ¿Cuáles son vuestros proyectos? Contadme cosas, si os apetece.

¡Por cierto! Pronto pondré en marcha un sorteo que me apetece mucho hacer desde hace meses. Lo avisaré aquí y en las redes, así que espero que participéis muchos. Seguro que sí, porque sois unas personas estupendas y maravillosas. Tan maravillosas, que seguís leyendo entradas absurdas como esta. (¿Me he pasado de pelota o qué?)


Bueno, y ahora os dejo porque, ¿cómo no? Tengo mil cosas que hacer (y mil libros que leer esperándome en el Kindle, pero ese es otro tema). Parezco el puñetero conejo de Alicia en el País de las Maravillas. Bajito, con gafas y siempre con prisas. 

¡Feliz miércoles!

jueves, 15 de septiembre de 2016

"La pata de Cupido" y otras novedades de Escarlata Ediciones

Hello, dreamers!


No, no acabo de volver de vacaciones (ojalá). Lo cierto es que ya llevo currando dos semanas, pero apenas he parado desde que empezó septiembre. A veces, me parece que el año empieza realmente aquí, y no en enero.

No actualizo el blog tanto como me gustaría, de hecho... (seamos sinceros), no lo actualizo apenas, y punto. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, va. Sé que  no tengo excusa, porque existen seres humanos (bueno, no sé, está por demostrar que no sean robots multitarea) que actualizan sus blogs a pesar de sus trabajos/estudios/vida personal (gente admirable donde la haya). Os pido perdón porque no aparezco mucho por aquí, pero tampoco por vuestros blogs, así que... Sorry. Soy lo peor.

Pero bueno, la verdad es que tengo muchos frentes abiertos y estoy a mitad de escribir el borrador de una nueva novela, así que... De verdad, a veces no me da la vida para más.

Y digo yo, que ahora estaréis pensando que qué cojones os importan mis problemas de tiempo, ¿no? Pues también es verdad.

En fin, a lo que iba, que hoy es un día especial para mí. "La pata de Cupido", la primera novela que escribí, vuelve a publicarse pero de la mano de Escarlata Ediciones.
Esta es una historia a la que le tengo mucho cariño. No es mi favorita, no es la más completa, pero con ella empecé a darme cuenta de que esto de escribir significaba mucho más para mí que lo que había creído en un principio. Con ella empezó todo esto, con ella me metí de lleno en el género chick lit (sin ni siquiera saber que pertenecía a este género). Humor y amor... Dos ingredientes que adoro en una historia.

De esos inicios, me recuerdo imprimiendo pruebas en casa (con su portada y todo) y yendo a la papelería para encuadernar el borrador con su gusanillo y demás. Aún lo tengo por ahí guardado. Desde entonces, he tenido la suerte de contar con personas que me apoyaron y que lo siguen haciendo todavía. Y, además, durante el camino, he ido ampliando con creces ese círculo de gente que no deja de animarme a que continúe.

Escarlata Ediciones me ha dado la oportunidad de revivir esta historia y, gracias a ellos, ahora siento que por fin Angélica está donde debe estar

Por si os interesa, la novela está disponible en ebook en la web de la editorial y, próximamente, también en Amazon. Os dejo la portada y la sinopsis.



Esto no me puede estar pasando. ¿Tan horrible he sido como ser humano? Primero me muero. Luego me juzgan. Y ahora el mismísimo Dios me asigna un trabajo que detesto a cambio de mi plaza en el Cielo. ¡Por favor! ¿Que yo sea Cupido? ¿Que empareje a completos desconocidos y les lance flechas como si fuera un indio del oeste? Sin duda, por aquí arriba han perdido la cabeza y se han empeñado en que yo me una a su club de dementes…

Todos hemos pensado que será de nosotros una vez hayamos muerto, aunque muy pocos han imaginado convertirse en Cupido y pillarse un pedo con San Pedro.
Podéis conseguirlo aquí


Pero eso no es todo, amigos. 
Escarlata Ediciones viene cargadita de novedades este mes de septiembre. Aquí vienen dos que me llaman muchísimo la atención y que estoy deseando leer. La primera es "Los Apátridas. La sucesión" de Ester Pablos, una novela juvenil llena de acción (cuidado con la sinopsis si no habéis leído la primera parte de "Los Apátridas". No creo que desvele demasiado, pero por si acaso... avisados quedáis de que es una segunda parte). La segunda es "No hay besos sin hierbabuena" de Ariadna Espino, una novela juvenil de carácter realista que tiene una pintaza buenísima.
Os dejo más info a continuación: 


Tras el atentado de Messis, Latanisha viaja a la estación espacial de Andersson para terminar con su formación como resucitadora. Sin embargo, aunque es un lugar cosmopolita y deslumbrante, no es ni de lejos un paraíso. Las nuevas amistades traerán consigo nuevos problemas y la tensión será cada vez mayor.
En la Tierra, mientras tanto, los transigentes siguen ganando terreno. Pero todo avance tiene un precio, y ni siquiera el líder, Armand Luzbel, está a salvo de las tretas del destino.
En esta segunda entrega, los protagonistas deberán luchar contra la manipulación, la desconfianza y las pasiones más bajas. Y tendrán que hacerlo rápido, porque la Sucesión tiene planes para todos y se mueve deprisa.
Los Apátridas es una trilogía de fantasía y ciencia ficción compuesta por: La ResucitadoraLa Sucesión y El asesino de secuencias. Una trepidante historia en la que el bien y el mal se confunden y donde la ley no siempre es sinónimo de justicia.
Podéis conseguirlo aquí

Las cosas nunca son fáciles, pero Claudia piensa que lo serían un poco más si sus hermanos no hubieran huido de casa hace tantos años. O si le gustara la carrera que está estudiando. O si su madre dejara de ordenar las cosas de tres en tres. O si su novio entendiera que si Claudia tiene que marcharse a Estados Unidos, es porque su hermana la necesita.
Las cosas nunca son fáciles, pero Claudia piensa que lo serían mucho más si Hunter no la mirara con esos ojos de tempestad. Si dejara de pedirle que no vuelva nunca a España y, sobre todo, si ella no sintiera algo por él.
«No te vayas», dice Madrid. «Quédate», dice Estados Unidos. Mediante un blog, esta joven madrileña intentará poner en orden sus pensamientos y tomar una decisión. Porque las cosas nunca son fáciles, pero a veces Claudia cree que algún día lo fueron. Hace mucho. Cuando la noche olía a hierbabuena.
No hay besos sin hierbabuena es un viaje al corazón de Estados Unidos a través de las emociones y los más profundos anhelos, un canto al difícil camino hacia la madurez.
Podéis conseguirlo aquí

¿Qué os parecen? ¿Os apetece leer alguno? Si queréis, contadme en los comentarios. 
¡Feliz tarde de jueves!